Los 21 estilos de bonsái más usados en el mundo del bonsái

¿Sabías que cada estilo de bonsái es como una pincelada en una obra de arte viva?

En el universo del bonsái, no hay una sola forma de expresar la belleza: hay estilos que evocan bosques, tormentas, raíces aferradas a rocas o árboles moldeados por el tiempo.

Cada uno cuenta una historia diferente y nos enseña que la naturaleza también tiene estilo.

Entre los distintos tipos de bonsái, estos son los 21 estilos o formas de bonsái más emblemáticos, para que entiendas qué los hace únicos y cómo elegir el que más se adapta a tu árbol (y a tu forma de ver el mundo).

Ya seas principiante o un apasionado del bonsái, prepárate para descubrir un arte donde la paciencia se convierte en forma, y la forma en emoción.

Estilos y formas de composición

Estos estilos buscan recrear escenas naturales en miniatura, como si el bonsái fuera parte de un paisaje.

En lugar de centrarse en un único tronco, se componen de varios árboles que interactúan visualmente entre sí.

Representan bosques, balsas flotantes o árboles que comparten un mismo origen.

Son diseños que evocan armonía, diversidad y, sobre todo, una historia colectiva dentro de una sola maceta.

Estilo Yose-ue (Bosque)

El estilo Yose-ue reproduce un bosque en miniatura.

Para lograr ese efecto, se plantan varios árboles (generalmente impares) en una misma maceta ancha, con alturas y grosores variados para aportar profundidad y realismo.

Este estilo simboliza comunidad, equilibrio y la fuerza de lo colectivo.

Es ideal para especies que crecen naturalmente en grupo, como arces, olmos o hayas. La clave está en la disposición: los árboles no deben competir, sino coexistir con naturalidad.

Estilo Ikadabuki (Balsa)

En el estilo Ikadabuki, varios troncos parecen brotar de una misma rama caída, como si un árbol caído hubiera echado raíces y generado nuevos brotes.

De ahí su nombre, que evoca una balsa flotante.

Este diseño da sensación de continuidad y supervivencia, y es perfecto para quienes quieren transmitir una historia de renacimiento y adaptación.

Se trabaja normalmente con especies flexibles y de brotación vigorosa, como el ficus.

Estilo Kabudachi (Troncos múltiples)

El estilo Kabudachi parte de un solo sistema radicular, pero desarrolla varios troncos independientes que emergen desde la base, como una familia que crece desde un mismo origen.

Suele usarse para crear formas redondeadas y equilibradas, imitando árboles centenarios que han evolucionado de forma natural.

Estilo Sokan (Doble tronco)

En el estilo Sokan, dos troncos crecen desde la misma base o raíz, uno más grueso y dominante, el otro más delgado y complementario.

Representan la dualidad, la relación entre maestro y aprendiz, o padre e hijo. La clave está en lograr que ambos troncos armonicen sin competir entre sí.

Estilo Sankan (Triple tronco)

Este estilo multiplica la idea del Sokan. Tres troncos emergen de una misma raíz, con diferentes alturas y grosores, creando un conjunto equilibrado y natural.

El estilo Sankan es ideal para composiciones más complejas, donde la asimetría genera belleza.

Estilos basados en el tronco

Estos estilos se centran en la silueta y la estructura del tronco, que es uno de los elementos más expresivos en un bonsái.

A través de su forma —ya sea recta, curvada, inclinada o incluso hueca—, el tronco cuenta la historia del árbol: su fuerza, sus dificultades o su elegancia natural.

Esta categoría reúne muchos de los estilos más icónicos y utilizados.

Estilo Chokkan (Vertical formal)

El Chokkan representa el árbol ideal: un tronco perfectamente recto que transmite autoridad, fuerza y estabilidad.

Las ramas se disponen de forma escalonada y decrecen en tamaño hacia la copa, creando una silueta cónica.

Es muy utilizado con especies como pinos o cipreses, y es uno de los estilos más clásicos del bonsái japonés.

Estilo Moyogi (Vertical informal)

El Moyogi ofrece una versión más relajada del Chokkan.

Aquí, el tronco asciende con suaves curvas que aportan naturalidad y movimiento, pero siempre mantiene una dirección vertical general.

Es versátil, muy estético, y adecuado para una gran variedad de especies, desde olmos hasta ficus.

Estilo Shakan (Inclinado)

El estilo Shakan muestra un árbol que ha crecido con el tronco inclinado, como si hubiera sido empujado por el viento, la nieve o la búsqueda de luz.

Aunque inclinado, el árbol transmite equilibrio gracias a la disposición de sus ramas y raíces. Ideal para especies como juníperos o acacias.

Estilo Bankan (Tronco retorcido o en espiral)

Este estilo extremo es una muestra de la resiliencia del árbol.

En el Bankan, el tronco se retuerce sobre sí mismo formando espirales y curvas cerradas. Representa árboles que han crecido en condiciones duras, soportando el paso del tiempo.

Muy llamativo, pero también difícil de ejecutar con naturalidad.

Estilo Sabamiki (Tronco ahuecado)

El Sabamiki imita un tronco dañado o envejecido que ha perdido parte de su interior.

Se talla a mano para simular que el tiempo ha abierto una grieta o hueco central.

Este estilo aporta una gran carga emocional y dramatismo, especialmente en árboles que evocan antigüedad.

Estilo Rosoku (Llama)

El Rosoku Zukuri, o «estilo llama», representa un árbol de forma cilíndrica y estrecha, con ramas densas que suben verticalmente, recordando la silueta de una llama.

Es poco común y requiere una poda muy meticulosa. Se asocia con elegancia vertical y dinamismo controlado.

Estilo Bunjin-gi (Literati)

El Bunjin-gi es puro arte. Inspirado en la pintura y poesía china, se caracteriza por un tronco delgado, largo y serpenteante, con ramas muy escasas.

Representa la esencia del minimalismo en bonsái y suele dejar mucho espacio negativo en la composición.

Ideal para quienes buscan una pieza con carácter artístico y contemplativo.

Estilos basados en el entorno natural

Estos estilos reflejan cómo los árboles responden a la naturaleza: acantilados, pendientes, viento constante…

Son diseños cargados de historia visual, que evocan paisajes dramáticos y transmiten la capacidad de adaptación de la vida.

Estilo Kengai (Cascada)

El Kengai es uno de los estilos más impactantes.

El tronco cae por debajo del borde de la maceta, como si colgara de un acantilado.

Simula árboles que crecen en riscos o laderas empinadas, moldeados por la gravedad.

Es un estilo complejo que requiere una maceta profunda y un equilibrio perfecto entre raíces y copa.

Estilo Han-kengai (Semi cascada)

El Han-kengai es una versión más contenida del Kengai.

Aquí, el tronco también se curva hacia abajo, pero la copa no supera el fondo del recipiente.

Representa árboles que crecen en bordes de barrancos, adaptándose a la inclinación sin perder estabilidad.

Aporta un diseño visual equilibrado y muy poético.

Estilo Fukinagashi (Azotado por el viento)

En el estilo Fukinagashi, tanto el tronco como todas las ramas se orientan en la misma dirección, como si una ráfaga de viento las empujara constantemente.

Este estilo expresa movimiento, resistencia y belleza en la adversidad. Muy apreciado en composiciones expresivas, donde el bonsái “cuenta” una historia con su forma.

Estilos con protagonismo de las raíces o rocas

Estos estilos de bonsái destacan por su relación directa con el terreno, las piedras y la exposición de las raíces.

Son perfectos para quienes disfrutan de diseños que exploran la interacción entre el árbol y su entorno físico.

Estilo Neagari (Raíces expuestas)

El Neagari revela un intrincado sistema de raíces que emerge del suelo, como si el árbol hubiera sido erosionado por el viento o el agua.

Simboliza la fortaleza oculta bajo tierra y es ideal para especies con raíces aéreas o dramáticas.

Requiere paciencia, ya que las raíces se modelan con el tiempo y mucha técnica.

Estilo Seki-joju (Abrazado a roca)

En el estilo Seki-joju, las raíces se aferran a una roca y luego se hunden en el sustrato.

Representa la lucha del árbol por encontrar suelo fértil, aferrándose con tenacidad.

El equilibrio entre la piedra y el árbol crea una estética impactante, muy usada para transmitir fuerza y resistencia.

Estilo Ishitsuki (Raíces sobre roca)

El Ishitsuki lleva la composición un paso más allá: las raíces no solo se apoyan, sino que recorren la superficie de una roca, buscando grietas donde establecerse.

Este estilo recuerda árboles que crecen en zonas montañosas, donde el sustrato es escaso. Una mezcla de elegancia, ingenio y supervivencia en miniatura.

Estilos con uso de madera muerta

La madera muerta en un bonsái no es un error, es una marca del tiempo, de tormentas superadas y ramas que alguna vez fueron poderosas.

Estos estilos hacen de la imperfección su principal atractivo, mostrando cómo incluso la pérdida puede ser belleza.

Estilo Sharimiki (Madera muerta natural)

El Sharimiki se caracteriza por un tramo del tronco completamente seco, sin corteza, que convive con zonas vivas del árbol.

Este contraste entre la madera muerta y el crecimiento verde simboliza la resiliencia y el paso del tiempo.

Es ideal para especies como el junípero, que toleran bien el trabajo con madera seca y conservan esa apariencia antigua y mística.

Estilo Tanuki (Madera muerta injertada)

A menudo mal entendido, el Tanuki consiste en fijar un árbol joven a una pieza de madera muerta, creando la ilusión de un bonsái antiguo y erosionado.

Aunque no es un estilo tradicional en Japón, en Occidente se valora por su capacidad de crear diseños espectaculares en menos tiempo.

Es una mezcla de arte y técnica que demuestra que, en bonsái, a veces la ilusión es parte del encanto.

Estilo especial de copa: Hokidachi (Escoba)

Entre todos los estilos de bonsái, el Hokidachi, o «escoba», destaca por su elegancia y estructura simétrica. Es ideal para especies de hoja caduca con ramificación fina, como el olmo chino o el zelkova.

Su característica principal es un tronco recto que se divide a una altura determinada en múltiples ramas que se expanden en forma de abanico.

Esta disposición crea una copa redondeada, densa y perfectamente equilibrada, que recuerda la forma de una escoba invertida (de ahí su nombre).

El estilo Hokidachi representa armonía, orden y estabilidad.

Además, es muy popular entre los principiantes por su facilidad de mantenimiento y su atractivo visual constante, tanto en invierno como en verano. Eso sí, mantener la simetría requiere podas regulares y buen ojo estético.


¿Cuántos estilos de bonsái existen y cuáles son los más difíciles de cuidar?

Existen más de veinte estilos reconocidos en el arte del bonsái, y cada uno busca reflejar una forma de crecimiento natural.

Algunas de las formas de bonsáis más conocidas son el Chokkan (vertical formal), Kengai (cascada), Hokidachi (escoba), Moyogi (vertical informal), Yose-ue (bosque) o el Bunjin-gi (literati).

En general, los estilos más complejos suelen ser aquellos que requieren estructuras inusuales o condiciones de cultivo muy controladas.

Por ejemplo, el estilo Kengai (cascada) es considerado uno de los más desafiantes porque el árbol crece hacia abajo, fuera del borde de la maceta, exigiendo un equilibrio muy preciso, un recipiente especial y cuidados constantes para evitar que pierda fuerza.

También el Fukinagashi, que simula árboles barridos por el viento, puede ser complicado por su asimetría y composición delicada.

Escrito por Mª Carmen Mula

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