Los tipos de bonsái clasificados por especie, ubicación, tamaño y estilo

¿Sabías que existen bonsáis que caben en la palma de tu mano y otros que superan el metro de altura?

¿O que algunos estilos imitan árboles azotados por el viento o enroscados sobre una roca?

El mundo del bonsái es mucho más amplio y diverso de lo que parece a simple vista.

Te mostramos todos los tipos y especies de bonsáis, organizados de forma clara para que puedas entenderlos según su especie, ubicación, tamaño y estilo.

Si estás empezando o ya tienes uno, esta guía te ayudará a identificar mejor tu bonsái y quizás descubrir cuál será el siguiente en tu colección.

Existen más de 15 estilos clásicos de bonsái, y se pueden clasificar también por tamaño, especie o ubicación.

Según su especie

Flor y fruto

Estos bonsáis de flor y fruto son especialmente decorativos porque florecen o dan pequeños frutos.

Algunos ejemplos son el manzano, el granado o la azalea. Requieren algo más de atención pero ofrecen un espectáculo visual en primavera o verano.

Coníferas

Los más comunes en bonsái clásico son los bonsáis de coníferas. Tienen hojas perennes en forma de aguja o escama, como el junípero, las sabinas o el pinus silvestris.

Son ideales para estilos tradicionales como el formal o el cascada.

Caducos

Los bonsáis de hoja caduca pierden sus hojas en otoño e invierno.

Son muy apreciados porque muestran cambios estacionales, como el arce japonés, el olmo chino o el carpe.

Suelen tener una silueta muy atractiva en invierno.

Perennes

Estos bonsáis de hoja perenne mantienen su follaje todo el año, como el ficus, el ligustrum o el olivo.

Son geniales para interiores o para quienes buscan un bonsái verde durante todas las estaciones.

Según su ubicación

Interior

No todos los bonsáis pueden vivir dentro de casa.

Los que sí lo hacen bien suelen ser tropicales o subtropicales, como el ficus, el olmo chino o la carmona.

Necesitan luz natural indirecta y humedad controlada.

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Exterior

La mayoría de especies se cultivan en exterior: pinos, juníperos, arces, olivos

Requieren luz solar, cambios estacionales y buena ventilación.

Algunos pueden pasar el invierno fuera si están protegidos del frío extremo.

Según su tamaño

Estos son los tamaños del bonsái.

Keshitsubo (menos de 3 cm)

Extremadamente pequeños. Se cultivan en macetas diminutas y necesitan mucha precisión.

Shito (menos de 5 cm)

Algo más grandes que los keshitsubo, pero igual de delicados. También se conocen como “punta del dedo”.

Mame (menos de 15 cm)

Pequeños y manejables, muy populares por su aspecto adorable. Pueden cultivarse en espacios reducidos.

Shohin (menos de 21 cm)

De los más comunes entre coleccionistas. Tienen gran equilibrio entre tamaño y posibilidad de modelado.

Komono o Kifu (hasta 40 cm)

Perfectos para quienes buscan formas más detalladas sin que sea difícil manejarlos.

Chumono o Chiu (hasta 80 cm)

Necesitan más espacio, pero permiten composiciones muy llamativas.

Dai o Omono (hasta 130 cm)

Grandes y potentes visualmente. Requieren fuerza y técnica en su cultivo.

Hachi-Uye (hasta 150 cm)

Considerados bonsáis de gran formato. Pocos aficionados los cultivan por falta de espacio.

Imperial (más de 151 cm)

Usados en palacios y jardines nobles japoneses, e incluso no clasificados como bonsáis. Majestuosos, impresionantes, y muy poco comunes.

Según su estilo o forma

Estos son los estilos del bonsái.

Chokkan – Vertical formal

Es uno de los estilos más clásicos y equilibrados. El tronco crece completamente recto hacia arriba y las ramas se distribuyen de forma simétrica y descendente. Representa estabilidad, rectitud y fuerza. Es común en coníferas como el pino negro japonés.

Moyogi – Vertical informal

Aquí el tronco es curvado, pero siempre mantiene una dirección general ascendente. Transmite naturalidad, como un árbol que ha crecido con ligeras dificultades. Muy utilizado en olmos, ficus y arces.

Shakan – Inclinado

El tronco crece en diagonal, como si el árbol hubiera sido empujado por el viento o el peso de la nieve. Aporta dinamismo y tensión visual. Se equilibra con raíces bien ancladas o ramas hacia el lado opuesto de la inclinación.

Kengai – Cascada

El tronco desciende por debajo del borde de la maceta, como si creciera en un acantilado. Se cultiva en macetas altas. Transmite lucha y adaptación. Requiere experiencia y cuidados muy específicos por la dirección de la savia.

Hokidachi – Escoba

El tronco crece recto y se ramifica en forma de abanico o escoba. Es simétrico, con ramas distribuidas en 360 grados desde un punto central. Ideal para caducifolios como el olmo o el zelkova. Representa orden y equilibrio.

Bunjin – Literati

Inspirado en la pintura y poesía china, este estilo tiene un tronco largo, delgado y retorcido, con pocas ramas. Evoca soledad, minimalismo y elegancia. No busca imitar la naturaleza, sino expresar una visión artística.

Sokan – Doble tronco

Dos troncos nacen del mismo sistema de raíces, uno más grueso (el “padre”) y otro más fino (el “hijo”). Pueden separarse o compartir la copa. Simboliza armonía, relación y continuidad.

Sankan – Triple tronco

Similar al anterior, pero con tres troncos de diferentes alturas y grosores. Muy estético cuando está bien equilibrado. Representa familia o generaciones.

Kabudachi – Tronco múltiple

Varios troncos brotan de una misma base, formando una estructura parecida a un arbusto o una pequeña arboleda. No deben parecer árboles individuales, sino un conjunto armonioso.

Ikadabuki – Balsa

Imita un árbol caído que ha vuelto a brotar desde su tronco horizontal. Varios brotes verticales surgen del mismo eje, como si flotara en un río. Es un estilo poco común pero visualmente muy atractivo.

Ishitsuki – En roca

El árbol crece con sus raíces abrazando o atravesando una roca. Da la impresión de lucha por sobrevivir en un entorno hostil. Es un estilo impactante, con gran contraste entre la dureza de la piedra y la vida del árbol.

Sharimiki – Madera muerta

Parte del tronco o las ramas están secas y descortezadas, imitando árboles dañados por el tiempo o las inclemencias. Se usa mucho en coníferas. Transmite vejez, resistencia y dramatismo.

Neagari – Raíces expuestas

Las raíces se elevan por encima del sustrato, dejando parte del sistema radicular a la vista. Simula árboles con raíces al descubierto por la erosión o el agua. Requiere técnica y planificación.

Fukinagashi – Barrido por el viento

Todas las ramas crecen en una misma dirección, como si el árbol hubiera sido moldeado por vientos constantes. Es un estilo expresivo, lleno de movimiento y asimetría.

Han-Kengai – Semi-cascada

Similar al estilo cascada, pero el tronco solo desciende hasta el nivel de la base de la maceta. Representa árboles que crecen en pendientes o acantilados pero sin llegar a colgar totalmente.

Tanuki – Madera muerta artificial

Se une un árbol joven y vivo a un tronco seco para simular un bonsái envejecido. Muy polémico: algunos lo consideran “engaño”, otros lo ven como arte. Es una técnica avanzada.

Seki-joju – Abrazado a la roca

Las raíces se aferran a una roca, como en el estilo Ishitsuki, pero con el detalle de que el árbol se eleva y la roca queda en la base, rodeada por las raíces. Muy simbólico y complejo de lograr.

Bankan – Retorcido o en espiral

El tronco gira sobre sí mismo como una espiral. No imita ningún patrón natural, sino que busca mostrar complejidad y dominio técnico. Es difícil de lograr sin dañar el árbol.

Rosoku Zukuri – Llama o candelabro

Tronco recto y delgado, con ramas verticales que imitan la forma de una llama encendida. Poco común, requiere especies de hoja fina y estructura ligera.

Los tipos de bonsái más comunes

  • Ficus ginseng – Resistente y fácil para principiantes.
  • Olmo chino – Ideal para interior, crece rápido.
  • Junípero – Clásico para estilo cascada.
  • Arce japonés – Muy estético, ideal en otoño.
  • Ligustrum – Similar al olivo, muy adaptable.
Escrito por Mª Carmen Mula

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